domingo, 21 de abril de 2013

LOS MILAGROS DE LA VIRGEN DE GUADALUPE



Los milagros de la Virgen de Guadalupe comenzaron con su aparición en el Tepeyac en 1531. Inmediatamente ocurrió otro milagro: el tío de Juan Diego, el indígena a quien la Virgen se le apareció por primera vez, se sanó de una enfermedad mortal y recibió de la Virgen el nombre por el cual ella deseaba que la llamaran: Virgen Santa María de Guadalupe. Pronto comenzaron a ocurrir otros milagros que ayudarían a convertir a la Virgen de Guadalupe en la amada patrona de México, las Américas y las Filipinas.

Milagro de la flecha

En 1531, cuando ya estaba construida la Ermita del Tepeyac, se organizó una procesión para llevar la imagen de la Virgen de Guadalupe al su hogar. Una multitud de gente participó en la procesión. Un arquero, para lucirse, disparó una flecha al aire. La flecha fue a parar en la garganta de un hombre que cayó como muerto. Llevaron al hombre ante la imagen del la Virgen de Guadalupe y le sacaron la flecha. El hombre resucitó y se le sanaron las heridas.

Cesa la epidemia

En 1554, una epidemia se extendió por México y mató a más de 12,000 personas. Se suplicó la ayuda de la Virgen en una gran procesión desde el convento de tlatelolco hasta el Santuario. Al otro día, la epidemia comenzó a parar y pronto desapareció totalmente.

Milagro del caballo desbocado

En 1555, a un joven se le desbocó el caballo y se le fue corriendo sin freno en dirección del Tepeyac. Entonces se encomendó a la Virgen de Guadalupe y ella se le apareció. Su caballo se amansó y se inclinó ante ella.

Cura la "tos chichimeca"

En 1633, la imagen de la Virgen se sacó en procesión por las calles de México para que erradicara la "tos chichimeca".

Cura la peste de "tabardillo"

En 1695, una peste llamada de "tabardillo" cesó después de una novena que le rezaron a la Virgen de Guadalupe.

Calma las calamidades

En 1736 ocurrieron muchas calamidades en la Ciudad de México. Una epidemia de fiebre tifoidea mató a más de 40,000 personas. Hubo también un gran temblor. Y en el mes de diciembre, azotaron varios huracanes. A principios del año 1737, el Arzobispo decidió hacer una solemne novena a la Virgen de Guadalupe, pero la epidemia no cesó. Entonces, el Arzobispo-Virrey D. Juan Antonio Vizarrón, a petición de los Concejales, nombró a Nuestra Señora de Guadalupe Patrona principal de la Nación y el 12 de diciembre como fiesta principal. El decreto fue promulgado el 23 de mayo. Ese día no se reportó ningún difunto.

Salva a los náufragos

En 1751, un barco llamado "El Gavilán" naufragó en una terrible tormenta. Los marineros que lograron quedar a flote, invocaron a la Virgen de Guadalupe. Después de sobrevivir, todos aseguraron que ella había aparecido en el horizonte y el mar se se había calmado. Todos se salvaron. Como exvoto , llevaron al Santuario el mástil con el que se salvaron, y lo colocaron frente a la iglesia del Posito. Un fuerte viento lo destruyó en 1916.

Se salva del ácido

En 1791, mientras limpiaban el marco de plata de la imagen de la Virgen de Guadalupe, parte de la mezcla de ácido nítrico y agua cayó sobre el cuadro en el extremo superior derecho. A pesar de que le cayó esta mezcla corrosiva, solo quedó una mancha parecida a las que deja el agua sobre la tela de algodón. La imagen se salvó.

Salva a México del cólera

Se cree que salvó a la Ciudad de México del cólera luego de un triduo en su honor.

Se salva de una bomba

En 1921, una persona hizo estallar una bomba que dejó escondida entre unas flores a los pies del cuadro de la Virgen de Guadalupe. Aunque el retablo de mármol, el crucifijo de bronce y muchos objetos de la basílica y casas vecinas sufrieron daños, ni la imagen ni el vidrio protector se destruyeron.

Siguen los milagros

Hasta el día de hoy, Nuestra Señora de Guadalupe es visitada por millones de personas que buscan sanarse de enfermedades o mejorar otros aspectos de su vida. Buscan la sanación guiados por las palabras de la Virgen a Juan Diego: “¿No estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No soy yo tu salud? ¿No estás por ventura en mi regazo? ¿Qué más has menester?” Nuestra Señora de Guadalupe es su milagrosa intercesora, la Madre Divina que los acoge en su amplio regazo.

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