martes, 30 de abril de 2013

Virgencita del Tepeyac



Virgencita del Tepeyac, morena, 
tu eres mi madre, Señora Divina 
tu eres la luz donde el mundo camina, 
Dios te forjó pura y de Gracia Plena. 

Desde el cielo bajaste envuelta de Sol
de entre toda escogida Doncella,
con el fulgor de la más bella estrella
para dar belleza a la mar tornasol.

Oigo cantar, a la madre más bella
una voz canora en el paraíso,
a la Reina del cielo que dios quiso
que con pureza siguieran su huella.

En la campiña no existe la rosa,
en toda la tierra no hay oro mejor
siquiera comparable a tu resplandor
ni pureza de Santísima Esposa.

De los humanos eres Sagrario
y me cubre tu Venerable Aliento…
el dulce Ayate, tu Tilma, tu Manto
y todo se calma en tu Rosario.

Te canto porque soy guadalupano
y con esa voz, traigo un solo ruego
“Mi Niña” como dijo el indio Diego,
no olvides a tu siervo franciscano.

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